Lista de precios en hostelería: cómo cumplir este requisito obligatorio

lista precios bar scaled

Salir a comer a un restaurante y llevarse la sorpresa de un precio desorbitado a la hora de pagar no solo es una experiencia desagradable para los clientes sino que, además, es ilegal. Todos los establecimientos de hostelería deben tener expuesto al público la lista de precios de los productos y servicios que ofrecen en una zona bien visible. 

El Real Decreto 3423/2002, de 15 de diciembre, recoge la obligatoriedad de indicar los precios de todos los productos ofrecidos a consumidores y usuarios. Lo hace de forma genérica ya que en materia de hostelería cada comunidad autónoma tiene la competencia para establecer la normativa competente. Los locales de hostelería pueden establecer libremente sus precios pudiendo ser modificados cuando consideren oportuno aunque en algunos casos hay que notificarlo a la administración correspondiente.

¿Qué debe contener la lista de precios de un bar?

Aunque la normativa sobre precios depende de cada comunidad y puede variar algún detalle, de forma común y genérica los locales de hostelería como bares, restaurantes o cafetería deben:

  • Darle la publicidad suficiente a todos los precios de las bebidas, comidas y servicios ofertados a través de listas de precios, cartas, códigos QR, pizarras o similares.
  • Los elementos para comunicar dichos precios deberán estar colocados en una zona bien visible dentro del establecimiento y en un tamaño adecuado. En el caso de restaurantes y cafeterías también se exhibirán en el exterior del local.
  • La información será objetiva y completa de cada uno de los productos y servicios.
  • Los precios deben ser finales, es decir, con IVA incluido.
  • No se pueden emplear expresiones tipo “precio según mercado”.
  • Hay que especificar los condicionantes que incrementen los precios como por ejemplo comer en la terraza o cobros diferentes para barra o mesa.
  • Las letras y números donde se detallen los precios deberán tener un tamaño lo suficientemente legible para la mayoría de clientela (normalmente se establece un mínimo de tres milímetros).
  • En algunas comunidades, como Galicia, además de utilizar el español y el gallego, en los restaurantes de tres, cuatro y cinco tenedores se emplearán al menos dos idiomas extranjeros.

No cumplir con esta normativa, así como cobrar un precio diferente al que se publicita, puede suponer sanciones graves. El importe medio de las mismas oscila entre los 3000 y los 30.000 euros.

¿Cómo elaborar la lista de precios de tu bar o restaurante?

La lista de precios no es únicamente una cuestión informativa básica en un negocio de hostelería sino que también repercute en la imagen del mismo. Por eso, a la hora de elaborarla se debe tener en cuenta:

  • Diseño: que vaya en sintonía con el estilo y decoración del local por ejemplo en el uso de colores, tipografía o marcos en los que se coloque el listado. Es importante que sea legible y con un tamaño adecuado.
  • Organización: ordena la propuesta por tipología. Por ejemplo, si se trata de un restaurante lo recomendable es incluir primero los entrantes, a continuación los primeros, los segundos, los postres y, por último, las bebidas. De todas formas esta cuestión dependerá de las necesidades de cada negocio ya que, por ejemplo, también puede hacerse por “especialidades de la casa” o “recomendaciones”.
  • Nombre de las propuestas: pueden ser meramente descriptivas u optar por la creatividad para despertar la curiosidad de los clientes.
  • Descripción: recomendable que no sean muy extensas y que detallen todos los alimentos en caso de ser platos poco conocidos.
  • Alergias: es fundamental especificar los alérgenos de forma clara para evitar intoxicaciones.

Este listado de precios no debe ser confundido con la carta del restaurante. Lo ideal para cumplir con la normativa y facilitar el consumo a nuestro cliente es contar con los dos formatos. El listado, como hemos visto, estará disponible para todo el público, tendrá un objetivo meramente informativo y su diseño debe ser muy sencillo. El diseño de las cartas es más libre, permite añadir más detalle sobre los platos y se recomienda el uso de imágenes para captar la atención de los comensales.

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