¿Cómo servir el vino? Hazlo como un auténtico hostelero

como servir el vino

Abrir una botella de vino es todo un ritual en el que deben seguirse una serie de pasos y recomendaciones para que el producto se sirva de la mejor forma posible. La temperatura, la copa que utilicemos o la forma de descorche influyen en ello. Servir las bebidas adecuadamente es algo imprescindible en hostelería. Si quieres saber cómo servir el vino correctamente, toma nota de estos consejos.

La temperatura es clave

Una cuestión fundamental ya que de ella depende, en gran medida, que puedan apreciarse todas las características de un vino. No hay una norma única ya que la temperatura variará en función del tipo de vino. Entre los errores que se deben evitar es sacar una botella de una bodega o nevera y servirlo inmediatamente. La mejor forma de atemperarlo es en un recipiente con agua e hielo. Además, si la temperatura es muy baja (por debajo de los 5ºC) no se percibirán adecuadamente los aromas ya que las papilas del gusto se adormecerán por el frío y prevalecerán los sabores ácidos. Frente a esto, si el vino se sirve a una temperatura alta (por encima de los 20º C) se adulterará su degustación, ya que se acentuará su sabor alcohólico y los azúcares. 

¿A qué temperatura se sirve el vino? Dependiendo del tipo de vino se recomienda hacerlo a distinta temperatura:

  • Tintos reserva y gran reserva: entre 16º y 18º C. 
  • Tintos crianza: entre 14º y 17º C.
  • Tintos jóvenes: entre 12ºC y 14ºC para resaltar sus matices florales y matices.
  • Blancos con crianza en barrica y vinos dulces: entre 10º y 12ºC.
  • Rosados y blancos jóvenes: entre 7º y 10º C.

El momento del descorche

Cómo descorchar el vino
El descorche es un ritual fundamental previo a servir el vino.

Además de contar con un sacacorchos adecuado, el momento de abrir una botella requiere de una serie de indicaciones:

  • No mover mucho la botella: si se agita en exceso los posibles posos o partículas quedarán en suspensión. Es importante descorchar la botella de forma rápida desde la que cogemos (para que no se caliente) pero sin movimientos bruscos.
  • Normalmente las botellas de vidrio cuentan con un anillo metálico o recoge gotas que impide que las gotas que quedan tras servir se vayan deslizando por el exterior de la botella. Para que cumpla su función hay que cortar la cápsula protectora justo por debajo. También está la opción de colocarle una metálica.
  • Cuando se clave el sacacorchos lo haremos en el centro del corcho ya que de lo contrario puede romperse. Tampoco debe hacerse por completo porque podría provocar que cayesen trozos de corcho en el vino.
  • Tras dejarlo en posición vertical, se empieza a girar. Al entrar aire en el interior es más fácil extraerlo.
  • Tras retirar el corcho es importante limpiar el cuello de la botella porque pueden haber quedado pequeños restos.

Decantación y oxigenación

decantador de vino para oxigenar
Decantar el vino a la hora de servirlo nos ayuda a potenciar las propiedades del mismo.

No todos los vinos se sirven directamente de la botella, especialmente cuando se trata de caldos con edad. En estos casos es necesario decantarlos por dos razones:

  • Posos: cuando se trata de vinos viejos pueden aparecer partículas en el fondo. Para evitar que queden en suspensión, la mejor opción es la decantación. 
  • Reserva y gran reserva: su mayor tiempo de maduración a veces provoca un aroma a humedad que se elimina fácilmente con el decantador.

Utilizando un decantador (debe estar perfectamente limpio pero sin usar productos que puedan interferir en los olores y sabores) se eliminan posibles posos o restos de corcho. La oxigenación, además, acentúa los aromas del vino.

La copa adecuada

Copas adecuadas para servir vino tinto, blanco, rosado, jóvenes y reservas
La copa juega un papel determinante a la hora de servir y saborear un vino.

El recipiente en el que se sirve el vino juega un papel fundamental en la degustación del mismo. El vino debe servirse siempre en copa de cristal, que será transparente y fino. En el mercado existen muchos tipos de copas que principalmente se diferencian por su forma, aunque las más habituales suelen ser:

  • Burdeos y Borgoña: se emplean para los vinos tintos. Son copas grandes que, en el caso de la Borgoña, tiene un cuello largo y más cerrado para concentrar los aromas. La del vino blanco es parecida pero con el tallo más alargado para impedir que se caliente. 
  • Flauta o tulipa: para espumosos. Son altas y con un cáliz estrecho, lo que permite apreciar las burbujas y aromas. 

En definitiva, independientemente del tipo y precio del vino que vamos a servir, siempre es importante seguir estos consejos y adaptarlos al tipo de caldo ya que no es lo mismo un blanco que un gran reserva que un espumoso. ¡Ahora ya sabes cómo servir el vino adecuadamente!, ¡ponlo en práctica con tus clientes e invitados!

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